MICRORELAT Nº 12


ESPERANDO

No tenía un espejo a mano aunque sospechaba que su pelo seguía enmarañado y falto de brillo. En el suelo, las marcas de sus pasos le recordaban que las gotas de agua que desechaba su sed eran pisoteadas sin llegar a saciar a otro ser sediento. En muy poco espacio, junto a sus nalgas peludas, un plato sucio. Frente a sus ojos tristes una reja con pequeños espacios para poder ver los resquicios del deseo ajeno que se alejaban inevitablemente muy lejos de su rescate.

AJNA