ESPERANDO
No tenía un espejo
a mano aunque sospechaba que su pelo seguía enmarañado y falto de brillo. En el
suelo, las marcas de sus pasos le recordaban que las gotas de agua que
desechaba su sed eran pisoteadas sin llegar a saciar a otro ser sediento. En
muy poco espacio, junto a sus nalgas peludas, un plato sucio. Frente a sus ojos
tristes una reja con pequeños espacios para poder ver los resquicios del deseo
ajeno que se alejaban inevitablemente muy lejos de su rescate.
AJNA
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